La nieve empezó a caer de nuevo sobre la ciudad por la noche, continuando en su labor de teñirla de blanco mientras las parejas caminaban con el uno cerca del otro. La melancolía, el anhelo y la efímera satisfacción corría entre la gente como si de aire se tratase.- Mañana le propondré matrimonio, Yves - murmuró Michael, ambos deteniéndose en el parque cercano a la mansión Ridlesen.
El pelinegro lo sabía, Eastwood no necesitaba repetírselo. Pero lejos de bajar la mirada, sintiéndose miserable, o de verlo con enojo por no darse cuenta de sus sentimientos y herirlo de ése modo, Yves únicamente le sonrió a Michael, mitad resignado y mitad esperanzado.
- Tratarás de mantener tu felicidad con la persona que amas - le dijo al pelirrojo, manteniendo esa sublime y apenas alegre sonrisa.
- ¿Verdad? - le dijo Michael, divertido.
Frunció el ceño al voltear a ver a Yves y se dirigió hacia el chico, tomándolo de un brazo para obligarlo a hincarse.
- La primera campanilla de nieve - explicó, mirando a la pequeña flor con ilusión para después devolver su vista hacia el ojigris -. Aquí es donde la nieve florece...
Yves se sintió perdido en aquellas palabras. Delicadamente, el amor que despertó empezó a actuar silenciosamente, acelerando su corazón, confundiéndolo, haciéndole sentir angustiado.
En la décima sexta noche del mes lunar, Yves Ridlesen se dio cuenta de que estaba enamorado de Michael Eastwood...
El beso
04-04-2008
Hay detalles por corregir, pero así inició su dulce tormento xD
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