miércoles, 16 de diciembre de 2009
Wonders
domingo, 13 de diciembre de 2009
Dreamcatcher
lunes, 9 de noviembre de 2009
VC
sábado, 3 de octubre de 2009
Bulletproof
jueves, 17 de septiembre de 2009
What's new?
sábado, 12 de septiembre de 2009
You
jueves, 3 de septiembre de 2009
My dear
Impossible
sábado, 29 de agosto de 2009
Tristeza
jueves, 27 de agosto de 2009
Being Happy
sábado, 22 de agosto de 2009
When hate is so unbearable...
Guilty
Pity
Porque su cobardía ha sido más grande, se muerde el labio inferior hasta hacerlo sangrar y no deja que cierta confesión abandone su lugar en lo más profundo y oscuro de su alma. No ha pronunciado esas dos palabras a pesar de que lo ha deseado tantas veces que ya hasta perdió la cuenta... Se ha contenido tan bien cuando esa persona le dedica esa diáfana sonrisa y le pregunta, con verdadera preocupación, si se encuentra bien... Se ha clavado las uñas en las palmas para evitar alzar los brazos y rodearle cuando lo ve tan cerca... Desvía la mirada, con el rubor arrebolándose en sus mejillas, cuando aquella persona bromea sobre el futuro que les espera juntos y sólo alcanza a pronunciar “torpe”, apenas de forma audible, porque teme que la voz se le quiebre ante su enfrentamiento con la desdeñosa realidad: que esa persona no es suya de la forma en que él quisiera.
Lo ha visto dormir y ha pensado en cuánto le gustaría que siempre se viera así de tranquilo y en paz, porque él sabe, por mucho que el otro lo esconda, que pasa por más cosas de las que dice, que tiene más preocupaciones de las que le comparte y por supuesto que quiere ayudarle, pero el otro jamás le ha dejado acercarse tanto; al menos no a él.
Se siente sucio cuando termina alguna ronda de sexo, porque nunca ha visto el rostro de la persona con la que está en el momento; su mente está lejos, se ahoga en la lujuria y el instante para tratar de no pensar en cuán feliz le haría que fuera otra la persona que un día llegara y le dijera que sin él no puede vivir; pero cuando está a punto de lograrlo, cuando la realidad se rompe en luces y el placer es tan fuerte que le paraliza, en ese instante lo ve, sonriéndole, esperándole, y sabe que no tiene perdón y que esa será por siempre su maldición.
Un día va a llegar a sus oídos el rumor sobre una celebración que va a terminar por destrozarle el corazón. Lo sabe. Y también sabe que debe de alejarse lo más pronto posible, porque su autocontrol no va a durar para siempre y un día va a terminar soltando las cosas de las que posiblemente se arrepentirá toda la vida; pero es que todavía no puede... aún no se siente capaz de darle la espalda a ese ser para marcharse lejos, a algún lugar en donde no pueda encontrarle. Por más que le duela, quiere tratar de aplazar esa partida, porque aunque ya sabe el final de esa historia, todavía no quiere llegar a él...
Al menos por unos momentos, quiere permitirse creer que no existe ese futuro aguardando a su puerta y que todo es un mal sueño, que siempre serán amigos y que jamás dejarán de estar juntos. Quiere creerlo, de verdad quiere creerlo; pero cuando se despiden y ve cómo el otro le da la espalda para tomar su camino a casa, recuerda que su tiempo con él es prestado y que es otra la persona destinada a estar su lado por el resto de su vida. Una persona que jamás será él, aun si cada noche le ruega y suplica a su dios lo contrario.
24-07-09
Faceless Angel
Atria
miércoles, 29 de julio de 2009
Sensatez
(Sentado, las manos entrelazadas, ajeno al mundo; piensa)
Un día, vi el pánico reflejado en los ojos de una persona. Sus gimoteos y gemidos quedos repitiendo una y otra vez “Por favor, por favor”. Nunca, en toda mi vida, me he sentido tan grande como en ese momento.
(Se pone de pie y camina hacia abajo cinco pasos. Mira hacia el frente, convencido de su locura)
Estoy maldito. Mi vicio, mi adicción… mi obsesión y más grande amor se encuentra en ser un verdugo. No puedo evitarlo, me encanta matar.
(Camina hacia atrás, permaneciendo en posición abierta; recuerda)
Al principio, eres sólo tú, la víctima y un ambiente lúgubre y repleto de adrenalina, miedo y silencios rotos por plegarias y risas. Después, eres tú enfrentándote a un animal desesperado que busca una salida a todo el tormento que vive. Y mientras la busca, te ruega, con cada poro de su piel, que no le mates, ruega incluso tu compasión.
Entonces te burlas y le miras con sorna, le pateas una, dos o más veces y sientes que tu sangre hierve, porque el animal te ha contagiado su angustia y tu insana mente es un remolino de perversas e interesantes ideas. Tu razón no puede con todo, por eso terminas por parar hasta que sus lloriqueos son febriles y casi inaudibles.
(Agitado, sigue reviviendo la escena, parece ver a alguien que está sentado en la misma silla donde él apareció)
Respiras agitadamente y te pasas una mano por el cabello, mientras piensas qué hacer. Y cuando vuelves a escuchar que dice “Por favor, Dios, por favor”, el animal eres tú.
(Está reviviéndolo. Ante él, aunque la silla esté vacía, él sigue viendo a su víctima; revive)
Enfurecido, regresas y lo tomas por el cuello, apretándolo tan fuertemente que sientes bajo tus manos el crack que sus huesos hacen en tanto le robas la vida. Y tus ojos están fijos en los de él y te sientes asombrado por la belleza que tus sentidos son capaces de percibir mientras cometes un homicidio, porque te encanta ver sus pupilas dilatas de miedo y su cara contorsionándose en mil y un muecas mostrando cuán ardua es su lucha contra ti y contra la muerte. De pronto despiertas de tu ensueño al sentir que algo moja tus manos, sólo entonces te das cuenta de que son sus lágrimas y el sudor mezclados con la sangre y piensas que nunca antes un carmesí ha sido tan hermoso y vivo. Como hipnotizado, permites que la persona clave sus manos en tus muñecas, ya no ruega ni pide, y continúas apretando en la medida en que su presión sobre tus muñecas cesa. Pronto no es más que un inservible y feo contenedor vacío.
(Abrumado, da dos pasos hacia atrás, sonriendo)
Eres poderoso. Lo dejas caer a un lado y todo a tu alrededor da vueltas. No eres nadie y, sin embargo, sigues siendo humano, porque sientes, ¿no? Porque tu razón regresa para humillarte al decirte que eres un monstruo y tu alma parece gritar que pares, porque ella muere. Les oyes gritarlo una y otra vez, y ríes y lloras. Lo lamentas, te arrepientes, y al mismo tiempo lo disfrutas. Estás loco.
(Se pone en cuclillas y vuelve a ver a su víctima; está ahí, tirada; se angustia)
Ves el cuerpo inerte de tu primera víctima y te desquicias. Sus gritos y súplicas resuenan en cada rincón de tu mente. No paran de resonar el llanto y sus horrorizados chillidos, y tus manos se contraen dolorosamente con la sensación que permanece de huesos rotos bajo ellas. Te espantas y gritas.
(Se pone de pie de nuevo y ríe con locura)
Ah, el arrepentimiento es la mejor droga para el masoquista…
(Baja el rostro y se abraza a sí mismo; hace frío, está solo)
Entonces abres los ojos y notas que ya perdiste la cuenta de los días que han pasado desde que cometiste un asesinato. Todas las noches es lo mismo, todos los momentos de silencio son iguales, y cuando te diviertes de pronto te quedas horrorizado cuando sin querer una imagen espeluznante llega a tu mente sin que la convoques y… y sólo entonces te preguntas “¿Qué he hecho?”.
(Está angustiado, asustado, tiene miedo y no sabe qué hacer. Te está mirando, se está reconociendo en tus ojos)
Los recuerdos acosan como devoradores de tranquilidad, el silencio se rompe con los gritos de tu consciencia que repiten hasta el cansancio “asesino, asesino” y si cierras los ojos, tu mente refleja el rostro convulsionado por el dolor y las ínfimas suplicas.
(Vuelve a sentarse en la silla y observa a su alrededor como el pintor que admira su obra maestra)
Al final, eres tú, los perennes deseos de muerte y un escenario donde se repite una y otra vez el mismo acto.
jueves, 16 de abril de 2009
Numb
Y suspiras y te preguntas qué haces. No te sientes conforme con la respuesta y decides cambiar de pregunta, ahora te intriga saber qué quieres. Mientras una canción se deja oír en tu habitación, tarareas sin pensarlo y con las yemas de tus dedos dibujas sobre tu escritorio un escenario en donde nada importe y la angustia te embarga de pronto. Ahora te ataca el pensamiento de por qué estás aquí.
Hoy, como ayer y como otros tantos días atrás y unos más por venir, no tienes una respuesta convincente para nada. Ni te encuentras ni te encuentran y sólo te dedicas a pensar en todo y en nada. Te aburres y cambias de canción. Hoy, como siempre, te falta lucidez para pensar.
domingo, 1 de marzo de 2009
Ensayo sobre la abogacía (cinismo vs. ética)
A partir de este primer punto se puede crear una amplia polémica en lo que refiere a “Defensa”. Al escuchar la palabra “defensor” uno se puede imaginar a un héroe que aplaca la injusticia; sin embargo, con la palabra abogado, la precisa idea que se forma de éste es “calculador inmoral”.
Para comenzar el análisis, hay tres palabras que destacan o, mejor dicho, tres conceptos del mundo del abogado: Justicia, Derecho y Creatividad.
La Justicia es una palabra que debemos analizar a partir del marco histórico: La Justicia siempre ha sido tomada por los hombres como la función de equidad de la vida. Muchos tienen expresiones tales como “No es justo” cuando algo les sale mal, ¿de dónde se formó esa idea?
Bien, al florecimiento de la racionalidad del hombre en la antigua Grecia, los filósofos nos hablaban de una igualdad proporcional. Un individuo va a merecer lo que le corresponde de acuerdo a su forma de llevar la vida. Más adelante, se trata a la justicia como un conjunto de normas para armonizar la convivencia humana hasta que finalmente, no hace mucho tiempo en realidad, llega una ideología revolucionaria donde no hablamos de la justicia como algo que tiene que existir, sino como algo que se lleva dentro. La justicia se evaluará siempre de acuerdo a un criterio que será regulado por las leyes de la ética y la moral para poder lograr el respeto al derecho de las personas. No decimos que la justicia es dar a cada quién lo que se merece, ni mucho menos que es un bien mientras favorezca a la mayoría, sino de una actitud.
Posteriormente, repasando lo anterior damos con otro de los conceptos clave: Derecho. Pero, ¿qué es lo que lleva el otro? ¿El derecho hace a la justicia o la justicia hace al derecho?
En realidad, se ha visto a través de los siglos que el derecho siempre es pisoteado por la injusticia. Entonces, de forma realista, podremos observar que es la justicia la que hace valer al derecho, pero no lo hace; y el derecho hace que uno tenga el punto de partida para decidir si es justo o no.
No obstante, la abogacía no puede centrarse directamente en estas pautas superficiales. Esta carrera se fundamenta en lo descrito hasta ahora, pero no siempre lo sigue.
El candidato a jurisprudencia debe tener tres principales características de personalidad: Serenidad, observación y criterio; sin embargo, hay una virtud que tienen que poseer si no se quieren quedar atrás: la creatividad.
El abogado deberá ser convencional y versátil, es cierto, mas, honestamente, ¿qué queremos decir con convencional? Bueno, aplicando el escepticismo para tener mayor objetividad, uno no puede tener una amplia visión de su realidad ni de los hechos por más que lo desee, pero un abogado debe sobreponerse a ello y escoger uno de los escenarios que más se ajuste a su caso. Aunque si no tiene esta oportunidad, él mismo deberá amoldarse al escenario para desenvolver la verdad que debe defender.
Este método es mejor conocido como “deportividad creativa”. Siempre habrá un caso en el que deberán sacar a relucir tanto los dotes de persuasión como de calma, todo en base a un escenario completo y que no deberá tener fallas.
Actualmente, a partir del uso de la creatividad en conjunto con justicia y derecho, nació la polémica.
El idealista argumenta que el abogado debe ser ético y moral, y que el uso de la “deportividad creativa” solamente ensucia la justicia y de paso pisotea al derecho. Tiene razón.
Los cínicos con experiencia –y no hablamos de forma despectiva, apoyan el punto de que probablemente el hecho de que tengan que defender a alguien que es culpable es un acto sórdido, pero que debe hacerse. Su contrato estipula ganar desde un principio y, en todo caso, tendrá que ser una prueba de quién puede hacer que la suerte le favorezca. Así que terminan con decir que los humanos no son quiénes para imponer la justicia a su criterio porque eso ya es asunto de la vida. También tienen razón.
Ambos están en lo correcto porque son puntos de vista de dos tipos de ideología que apuntan directamente hacia el camino que el abogado debe seguir.
En este mundo moderno, es difícil encontrarse con una persona que no haya cometido un crimen y mucho más lo es para los abogados. En todo caso, el abogado será un defensor de la justicia y la justicia para ellos no puede ser una actitud, sino un conjunto de normas y leyes que aprendieron y deben seguir para favorecer la armonía de la comunidad. Ahora bien, ¿cuántos de éstos ejercen su profesión como tal? Unos muchos piensan que deben favorecerse a sí mismos y por consiguiente así actúan; otros, honestos y quizá obstinados, insisten en conservar su ética. Pero, ya sea por presión o por voluntad, al final ambas decisiones convergen en aproximadamente un ochenta por ciento de los casos.
Los abogados pueden verse en amplio conflicto a partir de este punto. Se enfrenta la calidad de persona contra el contrato que reside en alguna carpeta en su oficina. El ganar no pasa a segundo plano, de hecho es lo que más provoca confusión.
Pongamos el ejemplo de que un abogado tiene en sus puertas a un traficante de drogas que le ofrece mucho dinero a cambio de que limpie su nombre. Si el abogado puede tener la opción de rechazar la oferta, se vería implicado en algo muy problemático. Sabe que puede ganar porque no hay suficientes evidencias en contra del acusado, puede ganar mucho dinero y renombre, pero también sabe que la persona es culpable. No hay nada que le presione, así que debería negarse. Desgraciadamente no todos lo hacen porque puede más su pretexto de “competitividad” que su criterio.
Por otro lado, si el abogado no pudiera negarse al caso, tendría que tomar la resolución del cínico: La vida se encargará de ello.
Y ambas formas están en lo correcto, porque tal como muchas otras cosas en la vida, el ejercicio de la abogacía es también circunstancial. El ganar implicará muchas consecuencias, pero depende de qué ganar estemos hablando y bajo qué condiciones.
En su mayoría, los abogados deben mantenerse objetivos con respecto a sus casos y se ven sujetos a cumplir un compromiso parecido al de los doctores: Únicamente deben cumplir su función de defender y lo demás, no estará en sus manos.
Como dato curioso, no está de más decir que, inicialmente, el derecho como profesión se empezó a usar no para sacar de problemas al individuo, sino para prevenirlo de caer en ellos.
La carrera de derecho es una de las más interesantes que se pueden analizar. No sólo implica, actualmente, una disputa cuyo fin es ganar, sino que también habla mucho de la persona que lo ejerce.
Ciertamente no podríamos definir exactamente la vocación del aspirante a abogado porque no incluye únicamente la palabra defender. Como todo, también está compuesto de objetivos y cada persona, al ser diferente, sucede lo mismo con su forma de entender y buscar las cosas.
Probablemente la mayoría comiencen con el ideal de defender el bien, pero a éstas alturas deberán entender que nuestra justicia no siempre será buena para todos y, aunque no es un imposible, será difícil conseguir que sea aceptaba.
Tal ves esa aceptación sea, en realidad, su mayor reto para una democracia racional en donde casi siempre esa mayoría no está siendo razonable.
PD.- Jo, encontré esto entre archivos. Me gustó lo de deportividad creativa xD
jueves, 19 de febrero de 2009
Come back soon please...
Especialmente, sonreír de nuevo...
sábado, 14 de febrero de 2009
The change
Los sentimientos que reprime son fuertes; a veces odia depender así de él, en otras ocasiones piensa que es afortunado al haberle encontrado, otros días está profundamente deprimido y triste, hay momentos en los que se siente miserable porque no le gusta guardar esos sentimientos imposibles que le hacen sentir cólera, unos terribles celos y un amor tan grande que perdona las heridas que él le provoca. Por él, hace de cuenta que nunca pasó nada y que jamás le dañó, pero luego, conforme el tiempo pasa, llega a acordarse y nota que la herida nunca se curó...
El momento se acerca, lo sabe. Su mente está a punto de estallar de sólo pensar en lo que tiene que hacer...
Pero es fuerte, y saldrá adelante.
sábado, 7 de febrero de 2009
Drowned
Jesus, he feels nothing but tenderness. Today he heard "Urequited love is awesome. It won't change nor will mature someday, and on top of all it'll never die".
So be it. It's the fucking truth, unrequited love will always be love and there's no way it would go to hell someday. It remains as a coffee stain in a white blanket, as a period in the paper. Tiny, insignificant but being an obstacle too, because it will always be there, waiting for the impossible.
Irritating.
He will always be a coward and so he will keep hurting those who love him. It can't be helped, no, actually it is him the one who doesn't want to solve it. Not now not in a while.
The only thing he's pretty sure about is that "unrequited" makes that love necessary, almost as if it was his new God. And he is fine with it.
domingo, 1 de febrero de 2009
Miharu
PD.- Las manchas en su alma, prueba visible de los crímenes que ha cometido, no son la prueba de la intensidad de sus sentimientos... sino de la vergonzosa intensidad de su cobardía y su falta de arrojo. Esa es la suerte que se ha escrito.
sábado, 31 de enero de 2009
Loop
Quiere que él note sus sentimientos que, a pesar de ser egoístas y patéticos, no son más ni menos intensos que los del resto de la gente que le rodea.
Está asqueado de tener la atención de todos menos de quien de verdad le importa. Detesta que su mundo siempre gire alrededor de sus acciones, que no se sienta capaz de estar lejos por mucho tiempo de él, que se ciegue hasta el punto de perderse cosas importantes en la vida de la persona que ama.
Odia toda esa mierda que la gente estúpidamente optimista llama vida.
Tuvo varias oportunidades para decir "Lo que sigue", y lo irónico es que en ninguna de esas ocasiones pensó en el rostro, la mirada, o en la fresca y amable sonrisa de quien hace que su mundo se mueva. Entonces no negaba el momento, tan sólo luchó por instinto. Ah, pero ahora es diferente; esta vez hay momentos en que se deshace en llanto suplicando porque el amargo momento llegue y otras veces se rehúsa a ello, golpeándose mentalmente por tener tan lamentables pensamientos. No obstante, lo cierto es que todos los días la agonía es diferente. Algunas veces tiene el nombre de infinita tristeza, por pensar en lo lejos que está de sí pese a la relativa cercanía física; en otras ocasiones se llama infinita decepción, porque de un tiempo acá ha estado tan metido en su auto-compadecimiento que no ha cuidado apropiadamente de aquel al que proclama amar, y últimamente ha adoptado el nombre de infinita amargura, porque se la pasa pensando en cómo serían las cosas si cambiara por esa persona, si cambiara el doble de lo que había cambiado hasta ahora...
Se siente débil y mareado. Ahora piensa en la desesperación que día tras día le lleva al borde de un ataque de ansiedad y no se siente capaz de pedir que todo eso pare. Esos sentimientos bullendo en su interior son lo que le mantiene atado a la realidad, lo que le mantiene cuerdo, aunque irónicamente al mismo tiempo se lleven consigo y poco a poco un fragmento de su cordura. Sabe que en el momento en que destruyan su consciencia, todo será horrible.
No necesita ser adivino para saber cuál es el futuro que le espera y así mismo tampoco le tiene miedo. Pero mientras el momento llega, ya no piensa en que el sufrimiento pare o en inventar más planes para mantenerlo atado a su lado. Más bien, lo único que se permite hacer es disfrutar de su compañía, llamar su atención discretamente, engañándole al decirle que todo está bien. Y no es que se engañe tanto como antes, sabe que en el momento en que se vaya al otro le dolerá su partida, y lo que se ha prometido es que ése será el único y el último daño que le hará en toda la vida, porque no podría soportar verlo de nuevo triste o sintiéndose culpable por algo que nadie más que el destino decidió...
Así, en lo que espera a que el tiempo pase, se permite ilusionarse cuando él le dedica palabras amables. Se permite confiarle todo a excepción de aquel gran secreto que se come su alma y le permite saber, a su manera, que es su todo, que le duele y que le pone contento. Quizá él sospecha de sus sentimientos, tal vez no, pero eso no es algo que le robe el sueño. Lo único que sí sabe y que repetiría hasta la eternidad sin dudar es que aun si no le ve, lo protegerá. Por eso empezará por él mismo...
sábado, 24 de enero de 2009
Different idea
Rómpeme... ahora mismo...
Susurrando eso...
Es una blasfemia contra el Dios que viene demasiado tarde.
¡Piérdete!
Crueles sucesos curarán el aburrimiento.
Angústiate por las salvajes caricias que te hechizan
Si quieres ahogarte con los ojos abiertos.
¡Fuera de mi mente!
Tienes que encontrar la ayuda de Dios
Hasta que se nos sea permitido ser libres.
En agonía por los enchufes que perforan mi cuerpo
Estira tu mano hacia mí, cúrame violentamente.
Dije que no tenemos garantía alguna.
Abrazando el mutilado cadáver
Abre tus ojos hacia el más allá, rómpeme violentamente.
Hasta que nos sea permitido ser libres.
En agonía por los enchufes que perforan mi cuerpo
Estira tu mano hacia mí, cúrame violentamente.
PD.- Muerto en vida, sujetar tu corrupto cuerpo por ideas falsas... ¿cuál es la cadena que te doblega?
viernes, 23 de enero de 2009
Zutto
Y se pregunta por qué tiene que doler de esa forma cada noche en la que trata de conciliar el sueño y, deprimido, cierra los ojos y se deja llevar por el onírico mundo que su cansada y hastiada mente le ofrece.
Agoniza sin remedio. Día tras día se ve angustiado por los repentinos y terribles hechos que se llevan consigo parte de las esperanzas que su pobre alma se empeña en guardar, y en lo único que es capaz de pensar cuando le arrebatan un fragmento de su todo es en que quiere marcharse.
Cuando su orgullo está tan quebrado, su dignidad se empieza a manchar y la voluntad se resquebraja, desea irse. Quiere desaparecer de la vida de todos ellos y tratar de comenzar de nuevo. Anhela verlos sufrir cuando noten que ya no estará ahí...
Le duele pensar en los hubiera y en los si, mas no puede hacer nada porque es débil, patético y sin encanto. Y lo que hará hoy y siempre será esperar y esperar hasta que todos se vayan y entonces él pueda decir adiós sin arrepentirse por primera vez en toda su vida.
PD.- Y está cansado.
sábado, 17 de enero de 2009
Innecesario
Ah... pero cuando aquél llega, es como si nada malo sucediera, como si nada le afectase.
Lo ve sonreír y él muere de las ganas de decirle que lo ama, pero quizá si se atreviera a abrirse un poco ante esa persona lo único que seguramente llegaría a decirle sería: "Eres alguien a quien nunca olvidaré".
Y cuando lo ve bostezar, sus ánimos caen al piso junto a su autoestima, porque vuelve a pensar que alguien como él, débil y neurótico, no debería siquiera aspirar a estar a su lado para siempre; no lo merece. Entonces, piensa en esas palabras y regresa a la misma pregunta que se hace casi a diario y que, lejos de responder, se dedica a evadir: ¿Por cuánto tiempo podrá seguir así?
Ya habían pasado casi cinco años desde que le conocía... ¿seguiría del mismo modo por otros cinco más? ¿Tal vez rompería récord y pasaría una década entera?
No. A esas alturas sentía claramente que el límite estaba muy cerca...
Y él llega y con pequeños gestos, cosas sin importancia, detalles en cualquier relación amistosa, le hace imaginar por un instante un escenario en donde hay un final hermoso y brillante. Pero lo que le regresa a los verdaderos hechos es su amargada consciencia repitiéndole "Dijiste que te habías dado por vencido", y no puede negar que ella está en lo cierto: No es lo suficientemente fuerte para soportar su rechazo y aun así insistirle hasta hacerle ver que merece una oportunidad, que tal vez es con él con quien encontrará la felicidad.
Lo sabe. Un día se van a separar y temerá llamarle por teléfono de forma esporádica. Se conoce, le dolerá escucharlo y saberlo lejos; pero lo que verdaderamente le romperá el corazón será el día en que le presente a su nueva pareja, porque sabrá que esa persona será todo lo que él no es...
Sabe que debe alejarse ya, antes de que todo duela más; que si no quiere recluirse en la soledad que habia conocido antes de que él llegara debe marcharse y así empezar a ser dependiente de él, de sus brillantes y alegres sonrisas, de su tranquila forma de ser, de su conmovedora mirada ámbar... debe irse desprendiendo de esa alegría que siente sólo de verlo, porque un día ya no le pertenecerá únicamente a él. Un día seguirá siendo importante para la vida del otro, pero no del mismo modo en que lo es ahora y sabe que no podrá soportarlo. Podría terminar cometiendo una locura más grande que las que ha hecho ya.
Y sin embargo, le es difícil el sólo pensar en irse porque él es su capricho, es lo que le inspira, lo que le da más alegrías de las que puede contar y muchas más tristezas y corajes de las que hubiera podido imaginar. Él es, con toda seguridad, su gran amor. Uno que tal vez nunca confesará, uno al que siempre responderá si aquél le necesita, sin importar la hora o el lugar, uno que siempre le hará llorar de desesperación y reír de pensar las atrocidades que está dispuesto a cometer por protegerlo, por verle feliz. Y uno que es espantosamente egoísta al mismo tiempo, porque no quiere que le arrebaten su atención y quiere pelear porque eso no suceda; pero... por mucho que lo quiera, lo desee o lo suplique, no lo volverá a hacer.
Esta noche, como tantas otras, humillado y con la cordura escapándose en pensamientos e ideas de arrepentimientos y lamentaciones, rogará porque pronto llegue el día en que pueda separarse de él lo suficiente para poder irse lejos sin mirar atrás y no volver ni saber nada del mundo que conoció a su lado y que, sin duda, le será arrebatado cuando el inexorable fin llegue y deba dar por muertas sus esperanzas.
El día en que por fin deba hacerlo, se dejará llevar por su orgullo y se engañará pensando "Jamás me hubiera logrado comprender"; y aun si llora, tratará de tragarse la mentira de que son lágrimas de felicidad, porque por fin irá a cumplir sus sueños; y si por alguna absurda razón él se aparece ahí y le pregunta por qué no habló, disimulará su voz entrecortada con la tos y le dirá "No creí necesario decírtelo, no es como si me fuera a ir para siempre", y, sádico, se regocijará de ver su mirada molesta; incluso puede que ría internamente diciéndose "Tonto... si supieras lo que pienso hacer". Y en cuanto suba al avión cerrará los ojos y perderá los últimos cinco grados de cordura restantes para destrozar su psiquis e inventarse una nueva vida en donde su gran amor jamás existió ni existe ni existirá...
No quiere pensar cómo sería todo si él supiera toda la verdad porque eso sólo sería brindar más tormentos a su larga cadena de sufrimientos, y en lo único en lo que quiere y se siente capaz de creer ahora es que todo lo anterior es lo mejor que puede hacer por ambos...
viernes, 9 de enero de 2009
Merankoria
Yo te la enseño, soy yo quien deja que haga un viaje alrededor de tu espacio y, sin que lo sientas, entrará en ti hasta que no puedas rechazarla. Hasta que se haga una especie de sensación adictiva, será un “algo” que desearás más y más…
Te ofrece un montón de lujos, de comodidades, pero hay algo que jamás podrá darte. ¿Sabes qué es?
- Es la realidad – te digo, con mis falsos y fríos ojos verdes reflejando el chispear de las llamas de la chimenea que calienta esta habitación.
- En esta habitación vacía – murmura una voz a mi lado –, pasaron más cosas de las que cuentas con una sola definición. ¿Recuerdas qué era?
Recuerdo que es un pasado, que había besos y roces, que se escuchaba el sonido de un suspiro de cansancio y después simples palabras que fueron capaces de negarme todo cuanto necesitaba.
- Recuerdo que estabas tú… y ella – asevero, con amargura.
- Entonces… ¿era una noche como ésta?
Desvío la mirada hasta el portarretratos de la mesita a lado del sofá. Permanece vacío.
- Era una mañana como la que se acerca – susurro y sé que sonríe.
Sé que la sensación de victoria le recorre por la sangre y que se regocija más de saber que cuanto quiera preguntar le será respondido. No puedo hacer nada con ello.
- Yo tampoco olvido – musita, poniéndose frente a mí en un rápido movimiento. Se inclina hasta quedar a la altura de mi rostro y yo vuelvo a ver el par de ojos miel que siempre estuvieron ahí, en algún lugar de este vasto mundo.
No han cambiado.
- Entre el olvido y el haberlo superado, hay una enorme diferencia – le digo, poniéndome de pie.
- De ser así, contesta esta pregunta: Si pudieras pedir la cosa que más necesitas, lo que más te hace falta y deseas en este momento, ¿qué sería?
Me giré para ponerme de frente a él y traté de atravesarlo con mi mirada, echar un vistazo a todo lo posiblemente tenebroso que estuviera pensando. Pero fui incapaz de ver algo, por ello suspiré.
- Tú.
Y dicho esto, me di media vuelta para salir de la mansión.
Merankoria es un lugar al que no necesitas adentrarte cuando tu voluntad despierta. Por eso, él se quedaría atrapado ahí por siempre, mirando los amaneceres desde aquel pequeño pedazo que imitaba de forma tan pobre al mundo real.
Y en cuanto a mí… no podía luchar contra las ansias de visitarle a diario para siempre decirle lo mismo. Lo que quiero es a él, pero es él quien no vuelve…
PD.- Merankoria es una historia que siempre se repite... que ha vuelto a comenzar.
jueves, 1 de enero de 2009
Subarashiki sekai
Y pfff!!! Estrenamos el 2009 con nada en especial ja
Quería escribir bastante; no sé, quería que me diera uno de esos ataques imparables donde escribo y escribo sin cesar líneas llenas de ideales y de sueños, pero esta vez no se me hizo xD
Sólo me doy este tiempo para decir gracias, respirar profundamente y entonces relajarme, dejando que el sueño me venza.
Lo ha hecho.