Está profundamente sumido en la desdicha inspirada por la apatía, la desilusión y la ansiedad. La mente se ahoga de palabras como "No", "Imposible" y, sobre todo, "No pienses más". Quiere dejarlo de lado y concentrarse en su trabajo. Pero él sabe tan bien como la chica que le observa desde el otro lado de la mesa que eso no va a suceder pronto. Ahora ha terminado sintiéndose frustrado.
Odia hacerse ilusiones cuando éstas terminan siendo rotas de forma tan frecuente; pero más detesta decirle al otro que es un tonto y saberse un idiota peor por haberse fijado en él.
Rasga el papel con el bolígrafo rayando la superficie de éste tras notar toda las cosas que ha escrito sobre ella.
– Quizá sea mejor que vayas a dormir –murmura su amiga, con una amplia sonrisa en el rostro mientras lee con aparente atención un libro de teatro.
Él está de acuerdo.
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