Junto al brillo gélido de un ángel,
Has podido mentirme en el silencio.
Es la traición quien mejor conocer mi nombre,
Y a tu vida, las heridas del desespero.
Enredada al peso de una noche con insomnio
Me he encontrado abandonado a la soledad.
La lluvia no debería caer en estos días…
Ah, he perdido la cuenta de las veces que he gritado que vuelvas.
Igual que el pecado, el día o las palabras,
Todo lo que se deja se marchita sin pausa
Y el tiempo sigue cambiando.
En realidad, nunca ha habido memoria que dure.
Al final de un mundo en llamas,
El remordimiento se marcha
Y mientras la apatía lentamente regresa,
En un sueño inquieto, te dije adiós.